Antiguamente, el embarazo estaba catalogado casi como una enfermedad y la realización de deporte durante el mismo estaba contraindicada. Hoy en día, gracias a la ciencia se ha demostrado que no es así. De hecho, salvo en casos contados en los que la mujer debe hacer reposo a consecuencia de un embarazo de riesgo o enfermedades previas, en casi todos los casos está muy recomendado.
Normalmente, cuando nos quedamos embarazadas, lo único que nos recomiendan es caminar, pero además de ello, hacer un deporte adaptado a este momento es muy aconsejable, porque evitamos que aparezcan dolencias como la mal llamada “ciática” del embarazo en algunos casos, o podemos mitigarla en otros, gracias a los ejercicios de movilidad de espalda que se trabajan en este tipo de clases.
Hicieras o no deporte antes del embarazo, es importante mantenerse activa durante esta etapa, ya que el cuerpo está en constante cambio y necesita estímulos externos positivos.
Es esencial, sobre todo si no hacemos deporte de forma habitual, o bien, nuestro deporte está contraindicado durante el embarazo (por ejemplo, el running), que la práctica durante el embarazo sea guiada por alguien con conocimientos de qué podemos y qué no podemos hacer.
Los grupos reducidos son idóneos para esto, ya que se pueden personalizar los ejercicios para cada usuaria en función de su estado físico habitual o incluso como se encuentre ese día.
En las clases que realizamos en la clínica, además de realizar ejercicios globales, en los que movemos cada parte del cuerpo, dedicamos una parte de la sesión al suelo pélvico, sin ser ejercicios muy específicos o complicados, pero que ayudan a familiarizarnos con esta zona del cuerpo y ejercitarla un poco. Son clases muy variadas, que aunque estén inspiradas en el pilates clásico, se modifican y adaptan a la perfección a las necesidades de este momento.
La “fitball”, esa pelota grande que estamos acostumbradas a ver en gimnasios o clases de pilates, es nuestra gran aliada y protagonista de gran parte de las clases, aunque no es el único elemento que introducimos, ya que para trabajar las extremidades, nos ayudaremos de pesos o gomas elásticas.
Las clases tienen una capacidad máxima de 7 personas, lo que nos permite corregir la postura y modificar algún ejercicio si es necesario.
Los beneficios que alberga este tipo de ejercicio, además de mejorar el estado psíquico y físico de la mujer que lo practica, también inciden sobre el feto dándole unos estímulos agradables y mejorando su experiencia sensorial.
En la mujer, sirve para mejorar su circulación y activar el resto de funciones vitales, así como de acondicionar el cuerpo para que el parto vaya lo mejor posible, además de prevenir dolores, como hemos comentado antes.
Además, si antes no realizabas ejercicio, te puede ser útil para sentir sus beneficios, y animarte a comenzar a practicar algún tipo de deporte.